Uno trata de saber en qué estás y frecuentemente vemos que formas parte de proyectos variados, muchas veces ejecutando distintos instrumentos… ¿Cómo es la experiencia del multinstrumentista? ¿Los proyectos se encaran de la misma manera que teniendo un lugar definido en una banda?
Se da un rol distinto en cada uno, lógicamente. Eso lo hace más entre aventura y desafío, y potencia la chispita y el entusiasmo. En algunos casos tu puesto puede ser indispensable, por ejemplo siendo baterista en un grupo de rock. Y en otros, más prescindible, como es mi caso en la actual banda de Charly: marco trazos de bandoneón, pinceladas de vibráfono y algunos sonidos electrónicos por aquí o allá, que enriquecen la cuestión pero que, ante su hipotética ausencia, tampoco se caeria el mundo… pueden estar o no, digamos. En mi proyecto personal se da al revés: el bandoneón es 100 % protagónico y puedo prescindir de la batería. También me gusta mucho sumarme a una banda como percusionista: colorear con el glockenspiel, bongó, darbouka y un triangulito o shaker por allá…Si de Rock Argentino hablamos, fuiste partícipe de increíbles éxitos, sesiones, bandas, pero… ¿Qué significa Charly García para vos? Tuviste tu etapa como público de Charly también. ¿Qué pensabas en aquel momento?
Quedé cautivado a los trece años, cuando asistí a un concierto de La Máquina de Hacer Pájaros en el Luna Park. Fue cuando presentaron ¨Películas¨. Su mundo musical se me hizo anhelo y lo fui potenciando al escuchar a Serú Girán en los años siguientes. La verdad es que yo, más que ser miembro de una banda de éxito, quería tocar con él en su veta solista: descubrí al selecto núcleo aristocrático que conformó en los primeros ochentas junto a Calamaro, Cachorro, Bazterrica, Willy Iturri, Fito, Fabi, Pablo Guyot, Alfredo Toth, Melingo y El Gonzo, quise estar ahí desde el vamos y tuve la suerte de conseguirlo. Charly tiene con qué, transgrede las leyes sociales como ningún otro ciudadano libre. Hasta policías y jueces suelen pedirle autógrafos o fotos… puede ser tan refinado como Gershwin o más oscuro que todos los punks y heavys juntos, por momentos… es un artista único en su especie. Obviamente, en el futuro habrá alguna avenida o estación de subte que lleve su nombre, como gran mito popular que es. Y tal vez, su imagen tendrá más peso que la del Gardel de hoy.
¿Cuál fue tu primera impresión al enterarte de estos conciertos temáticos?. Ya sea por las canciones, las épocas que tocan o algún significado que le das vos en particular, ¿Tenés preferencia por alguno de los shows?
Fue una alegría enorme haberme sumado a los alegres The Prostitution. Algo totalmente inesperado, que me saca muchas sonrisas. Estoy aprendiendo un montón, abordando esas canciones maravillosas desde las notas, descubriendo giros armónicos, trucos melódicos característicos y demás. Alejandro Terán y Julián Gándara (viola y cello del grupo, respectivamente) escribieron algunos arreglos divinos y yo me hice las adaptaciones correspondientes para bandoneón y vibráfono. Además está Christine Brebes en violín, que es una genia total y eleva varios escalones la cuestión. Los cuatro seríamos el lado ¨orquestal¨ que convive con la ¨banda de rock¨, muy afiatada. Teníamos bastante perfilados los dos primeros shows y el tercero (¨El ángel vigía¨) iba quedando un poco relegado, con lo que no se toca habitualmente o algo así. Sin embargo, logró su forma con el correr de los ensayos y se transformó en mi favorito. De los tres repertorios, es el más aporteñado, en algún sentido: por algo arranca con ¨Piano Bar¨…
POR: EDUARDO AULIU
Fuente: Revista Onstage
1 comentario:
Lo de los Rex puede llegar a ser épico.
Ojalá que Charly esté al 100%
Grs. por la nota!!
Lisandro Tavira
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